Según la RAE el dolor es:
Percepción sensorial localizada y subjetiva que puede ser más o menos intensa, molesta o desagradable y que se siente en una parte del cuerpo; es el resultado de una excitación o estimulación de terminaciones nerviosas sensitivas especializadas.
Como definición técnica está bastante acertada, pero ¿qué es en realidad el dolor?
Pues es la llamada de alarma de nuestro sistema, para indicarnos que algo no funciona del todo correctamente. Tal vez si ella no existiese, nosotros tampoco podríamos vivir mucho tiempo.
Es la que advierte de que en alguna parte nuestro sistema está en pleno conflicto y necesita incluso que nosotros le ayudemos, desde muchos aspectos diferentes.
Por ejemplo, si nos duele la cabeza, después de una jornada intensa, donde el estrés nos ha desbordado, donde las responsabilidades son superiores a nuestra resistencia, es muy probable que el dolor te este diciendo: "STOP, date un respiro"
Las señales neurológicas conectan todo el organismo, la manera de tener interrelacionadas todas nuestras estructuras es a través precisamente de nuestro Sistema Nervioso.
En él se desarrollan múltiples funciones y una de esta es precisamente la captación del dolor.
La Internacional Association for the Study of Pain, (IASP) elaboró la definición que más ampliamente se ha adoptado para definir el dolor:
“Experiencia sensorial o emocional desagradable asociada a un daño tisular real o potencial"
Según su aprarición el dolor se podría clasificar en :
El DOLOR AGUDO es una experiencia, normalmente, de inicio repentino, duración breve en el tiempo y con remisión paralela a la causa que lo produce. Existe una relación estrecha temporal y causal con la lesión tisular o la estimulación nociceptiva provocada por una enfermedad.
El DOLOR CRÓNICO, se extiende más allá de la lesión tisular o la afectación orgánica con la que, inicialmente, existió relación. También puede estar relacionado con la persistencia y repetición de episodios de dolor agudo, con la progresión de la /s enfermedad/es, con la aparición de complicaciones de las mismas y con cambios degenerativos en estructuras óseas y músculo- esqueléticas.
Los receptores nociceptivos (del dolor) están ampliamente distribuidos tanto en la piel como en estructuras profundas (huesos, ligamentos, tendones, vasos, vísceras), y responden a estímulos nocivos y/o potencialmente nocivos
mecánicos-pinchazo
presión-
térmicos- frío calor
químicos-sustancias tóxicas, inflamación).
El dolor nociceptivo se subdivide en:
SOMÁTICO, proveniente de estructuras como piel, músculo, hueso articulaciones y partes blandas. Se trata de un dolor localizado, punzante o pulsátil.
VISCERAL: Se origina en mucosas y serosas de los órganos, músculos lisos y vasos. Es sordo, profundo, difuso, descrito como presión o tracción. La afectación visceral, puede añadir un componente de dolor cólico típico.
Indudablemente referencias del dolor tenemos muchas y son todas necesarias, porque ella nos previenen de situaciones importantes que atentan contra nuestra salud y es nuestro objetivo, no solo reconocer que tipo de dolor o situación lo causa sino emplear los elementos óptimos para ayudar a que este proceso sea los más llevadero posible, sobre todo en las situaciones crónicas donde quien lo sufre, lo ve como “inútil”, pues no previene, ni evita daño al organismo.
Hoy en día se cuenta con recursos, para minimizar este impacto en el ser humano y una de las cosas más importantes es nuestra alimentación.
En ocasiones y sin saberlo, caemos en el error de mal alimentar nuestro organismo, por falta de tiempo, los hábitos desordenados, la situación laboral, el estrés del día... pero debemos ser conscientes, que el organismo para alcanzar pleno rendimiento necesita una correcta ingesta de aportes nutritivos, de los cuales el sistema celular podrá sacar los nutrientes necesarios, para el equilibrio de nuestro cuerpo.
En muchas patologías crónicas interviene la función de los alimentos, como agentes estresante de las células, provocando dolores que podemos minimizar con una alimentación correcta.
No siempre que comemos sano, comemos adecuadamente.
El como ingerimos esos alimentos, la masticación, el tiempo que dedicamos a disfrutar de ellos, su elaboración, la protección de la energía del alimento, todo influye a la hora de alimentarnos.
Nunca olvidemos esto:
"Sea el alimento tu medicina, y la medicina tu alimento" Hipócrates
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